Uno de los lectores de este blog mandó éste
artículo sobre su experiencia de la visita que le hicieron las personas
de COFEPRIS:
Alrededor de las 11.00 hrs. llegaron dos
personas que se presentaron como médicos y que iban a realizar una Verificación
Sanitaria de COFEPRIS.
Se identificaron y mostraron un documento que
dice:
Objeto: visita de verificación sanitaria.
Alcance: solicitar y anexar copia de la documentación legal y técnica que
ampare el funcionamiento del establecimiento, solicitar y revisar la
acreditación académica del personal profesional y técnico que ahí labora
(optometristas y/u oftalmólogos), describir las actividades que se realizan,
verificar condiciones físico sanitarias. Revisar aleatoriamente expedientes
clínicos. Verificar que los equipos e insumos que se encuentren en el
establecimiento cumplan con la normatividad sanitaria vigente. Lo anterior con
fundamento en la Ley General de Salud, el Reglamento de la Ley General de Salud
en materia de prestación de servicios de atención médica, la Norma Oficial
Mexicana NOM-016-SSA3-2012 que establece las características
mínimas de infraestructura y equipamiento de hospitales y consultorios de
atención médica especializada, la Norma Oficial Mexicana NOM-005-SSA3-2010 que
establece los requisitos de infraestructura y equipamiento de establecimientos
para la atención médica de pacientes ambulatorios y la Norma Oficial Mexicana
NOM-004-SSA3-2012, del expediente clínico; identificar anomalías en caso
procedente, aplicar la medida de seguridad que corresponda, de conformidad en
los artículos 402, 404, 411, 412, 414, de la Ley General de Salud.
Pidieron hablar con el dueño o representante legal y
dos testigos con sus respectivas credenciales del IFE.
A continuación se les mostró el aviso de funcionamiento
y el alta del responsable sanitario. Además
pidieron ver el título y cédula profesional del Licenciado en Optometría responsable.
Solicitaron ver el consultorio optométrico e
hicieron una lista del equipo que se tenía. Preguntaron por las respectivas
facturas y se les indicó que las tenía el contador. Pidieron ver lentes de
contacto y revisaron si tenían registro de la Secretaría de Salud
y su vencimiento.
También pidieron ver varias historias clínicas de
pacientes.
Se redactó el documento final que fue firmado
por todos, incluyendo a los testigos.
A pesar de que todo estaba en orden de todos
modos es una experiencia tensa, no cabe duda que el tener todo en regla es un
gran alivio.