Ópticas
patito crecen ante vacío en la Ley
A la vista. El negocio de la venta de anteojos sin
ninguna certificación sanitaria va al alza; autoridades de salud no los
verifican, mientras especialistas solicitan que la Cofepris tome cartas en el
asunto
La salud visual de los capitalinos está a la deriva, y es
que en los últimos años, el número de ópticas patito aumentó en 1,600% sólo en
el primer cuadro de la ciudad, ante la falta de una ley que las regule.
Ana es
encargada de uno de estos lugares que proliferan en el Centro Histórico. Hace
sus diagnósticos como si le calculara la edad a alguien: sólo con la mirada.
“Lo que tienes es vista cansada, necesitas unos (lentes)
con .25 dioptrías y que las micas tengan antireflejante”, receta la joven que
se dice optometrista del Conalep, pero que no exhibe certificado alguno que la
acredite.
A la salida de la estación Allende del Metro, un ejército
de al menos 250 jóvenes con batas blancas (con logos del IPN, de la UNAM, del
ISSSTE y del IMSS) abordan a los transeúntes para ofrecer lentes 50% más
baratos que en ópticas de prestigio.
El de los lentes es un buen negocio, según la Asociación
Mexicana de Facultades, Colegios y Consejos de Optometría A,C.
(AMFECCO), 43% de los mexicanos requieren servicios optométricos.
Luis Marín,
propietario de cuatro de estos negocios asegura que en menos de un año, los
“consultorios” del edificio en Motolinía número 8, pasaron de 25 a 415
(1,600%); lugares que han crecido debido a que ofrecen servicio más baratos y en
tiempo exprés.
“Somos distribuidores, por eso tenemos los lentes con
más rapidez y más baratos”, asegura el comerciante.
Juan Pimentel, optometrista por la UNAM y catedrático del
IPN, asegura que estos lugares no certificados –a diferencia de las
grandes cadenas que cuentan con personal calificado– representan un riesgo para
la salud pública.
“Mandar una graduación incorrecta puede hacer que el
paciente presente lagrimeo, cansancio, dolor de cabeza e infecciones como
conjuntivitis. En el caso de los lentes de contacto, estos pueden llegar a
provocar, incluso, ceguera”, advirtió el especialista.
Y es que las autoridades de Salud no cuentan con
vigilancia alguna en este tipo de negocios.
La Comisión Federal Para la Protección Contra Riesgos
Sanitarios (Cofepris) sólo emitió, en 2010, una prohibición para la venta de
lentes de contacto en la vía pública.
En tanto, fuentes de la Secretaría de Salud local
reconocieron que no se llevan a cabo verificaciones sobre las condiciones de
sanidad en las que operan estos changarros.
Rodolfo Ondarza, neurocirujano y presidente de la
Comisión de Salud de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF),
subrayó que el tema debe ser atendido con urgencia por la Cofepris mientras que
el Gobierno capitalino debe implementar campañas de prevención en escuelas.
José Iván Camacho Arellano, presidente del Colegio de
Optometristas del DF (Codife), pidió hacer obligatorio que para ejercer,
un optometrista cuente con título de licenciatura y cédula profesional y que
este tipo de negocios muestren permisos emitidos por las autoridades
sanitarias, lo cual no ocurre actualmente.
“Hay un descuido muy grave en la atención de la salud
visual por parte de las autoridades”, lamentó el especialista.
Así lo dijo
“Es un problema serio: son personas sin un
título ni cédula que están diagnosticando la salud visual”.
José Iván Camacho
Arellano, presidente del Colegio de Optometristas del DF (Codife).
Un negocio
150
y hasta cuatro mil pesos llegan a costar
unos lentes en estas ópticas, que no otorgan certificado de autenticidad del
producto que se adquiere y donde tampoco existe la certeza de ser atendido por
un especialista.
200
y hasta 600 pesos reciben de comisión por armazón vendido
cada uno de los jóvenes que ofertan los servicios de óptica en la
calle.
2000
pesos puede costarle a una persona la terapia óptica para
recuperarse de problemas causados por lentes mal prescritos y que no tienen las
dioptrías adecuadas, es decir, 10 veces más de lo invertido en anteojos baratos.
¡Mucho ojo!
Si tienes un problema visual, toma en cuenta
estos tips
• Prevención. Un problema de visibilidad podría
esconder otra enfermedad más grave como diabetes o un tumor cerebral.
• ¿Con quién acudir? Primero con el oftalmólogo, una vez que
este realice un diagnóstico te remitirá a un optometrista para que haga una
valoración de los anteojos que necesitas. Si nota alguna anomalía mayor, te
enviará con otro especialista.
• ¿En qué fijarse? Aunque no
es obligatorio que tengan a la vista el título profesional, asegúrate de que
quien te atiende es un optometrista con estudios de licenciatura.
De acuerdo con el INEGI
48.5
de mexicanos requieren servicio de optometría
100%
de los mayores de 45 años requieren de anteojos
20%
de los mexicanos en edad escolar requieren lentes
La visual, es la segunda discapacidad en el país
AGUSTÍN VELASCO