Este articulo fue publicado por EL ECONOMISTA:
23 Septiembre, 2012 - 20:54
CREDITO:
Maribel R. Coronel
Profesionales optometristas denuncian que autoridades
sanitarias se lavan las manos en la regulación de la salud visual “empezando
por el secretario Chertorivski, que es propietario de una cadena de ópticas”.
El negocio de la salud visual crece fuertemente en
México. Lo malo es que nadie lo regula. Desde hace décadas vienen creciendo
cadenas de ópticas como Devlyn –en manos de Genomma Lab- Lux, Kauffman, York...
Y, ahora, a este nicho han entrado también las cadenas de autoservicios y
departamentales que, al igual que incursionan en farmacias, detectaron en el
negocio de salud visual un nicho muy redituable.
Aparte de Palacio de Hierro y Liverpool, ya tienen
servicio de óptica las cadenas de Soriana, Chedraui, City Club y no dude que en
cualquier momento entrará Walmart.
El problema es que se toman tan a la ligera los
exámenes de la vista, que estas cadenas no están contratando a profesionistas
licenciados en Optometría u oftalmólogos, sino a cualquier técnico o incluso
personas que con un simple curso de algunos meses ya se ponen a revisar la
vista de los clientes y prescribir lentes.
El asunto es más delicado de lo que se cree porque va
más allá de detectar problemas de refracción como miopía y astigmatismo –que si
no se tratan con la graduación adecuada sí representan un problema, sobre todo,
para los estudiantes-. Pero lo grave es cuando el paciente puede desarrollar
enfermedades como glaucoma, que es asintomática y puede causar ceguera, o
retinopatía diabética o degeneración macular y sólo un buen profesional puede
hacer un adecuado diagnóstico de éstas y otras enfermedades de la vista.
Hay que tener en cuenta que la segunda discapacidad en
el país es la visual. La primera es la motriz.
La Asociación Mexicana de Facultades, Escuelas,
Colegios y Consejos de Optometría (AMFECCO) ha empezado a movilizarse en contra
de que las ópticas contraten a técnicos del Conalep y otras personas con nulos
conocimientos sobre optometría. “Como hay nula regulación de la autoridad, en
los autoservicios pueden transferir del departamento de frutas y verduras al
área de óptica sin que nadie se los impida”, dice la académica de la carrera de
Optometría en la UNAM, Yosani López Valle.
La AMFECCO ha tocado puertas con distintas autoridades
pidiendo poner orden en el segmento. Pero todos se lavan las manos,
argumentando que no les corresponde la supervisión del negocio de ópticas. Han
ido a la Cofepris -de Mikel Arriola-, al Consejo General de Salubridad y han
hablado con el mismo secretario de Salud, Salomón Chertorivski, quien
sencillamente respondió que la ley no obliga a regular las ópticas.
La acusación de la AMFECCO va más allá: “No es de
extrañar que a Chertorivski no le interese poner orden en el negocio de la
salud visual porque él mismo es dueño de una cadena de ópticas”.
Y es cierto que el actual Secretario de Salud –él
mismo lo dice– es socio fundador de la empresa Consorcio Óptico Latinoamericano
(COLSA), la cadena de ópticas que más está creciendo y empujando la apertura de
sucursales dentro de autoservicios, tiendas departamentales y centros
comerciales. El año pasado, COLSA vendió parte del control al fondo de
inversiones chileno Linzor Capital, pero la familia Chertorivski sigue como
accionista. Aunque entonces no se dijo la cifra invertida, especialistas
estiman que la venta significó unos 27 millones de dólares.
Como COLSA es la empresa que más crece, es la que más
está contratando técnicos y gente sin preparación para sus nuevas sucursales,
cuando –denuncian los directivos de la AMFECCO– lo que debería hacerse primero,
sobre todo, considerando que el máximo responsable de promover la salud en el
país conoce este ámbito, es incentivar el estudio formal de la carrera que hoy
sólo se imparte en el IPN, la UNAM y la Universidad Autónoma de Aguascalientes.
Los optometristas profesionales buscan que no se dé
fuerza a los técnicos en optometría; lo consideran irresponsable ya que va en
contra de la salud visual de los mexicanos, sobre todo si 80% de los casos de
discapacidad visual se podría evitar y curar con diagnóstico y terapia
adecuada.
Iván Camacho, representante de la AMFECCO, indica que
la licenciatura en Optometría abarca estudiar el área clínica, biomédica y
óptica, así como óptica física, y tienen preparación incluso para prescribir
fármacos. Aunque en esto último no están muy de acuerdo algunos oftalmólogos,
cuyo terreno está más centrado en cirugías de ojos.
Finalmente, la preparación para atender la salud
visual no se cubre en sencillos cursos de optometría que, ante la elevada
demanda de empleo en esta área, los están impartiendo técnicos en computación o
informática que saben manejar los equipos operados en las ópticas.